/ ARTESANÍA

26 MAY 2022

El arte de tejer: reivindicando la artesanía femenina

por Cristina Vila
tejer-the-platform-vora-mar
Como otros oficios artesanos, el tejer quedó algo olvidado durante las últimas décadas. Sin embargo, hoy en día, parece que esta técnica está resurgiendo de sus cenizas, atrayendo cada vez a más gente y formando comunidades de mujeres unidas por una misma afición. Artistas como Regina Dejiménez, negocios como Mimosa Café Lanar y proyectos como Vora Mar Fan Plastic ponen en primera plana la recuperación de las técnicas textiles artesanas.

Si hay una persona que se nos viene a la mente cuando hablamos de tejer, probablemente sea nuestra abuela o nuestra madre. En el caso de la artista textil Regina Dejiménez, madre y abuela han sido el origen de su pasión desde que era pequeña. Su trabajo se basa en convertir el tejido en una obra de arte, fusionando la artesanía, el arte y el diseño. “Fue muy fácil para mí experimentar las propiedades y las características de las técnicas textiles, porque mi madre es diseñadora y costurera de toda la vida y, mi abuela, tejedora, por lo que lo he tenido siempre muy cerca desde niña”. Fue durante su carrera universitaria cuando realizó su primera obra textil. Era un proyecto escultórico libre para el que presentó, a modo de performance, una falda de cuatro metros hecha con sábanas.

En el caso de Laura Menéndez, CEO de Mimosa Café Lanar, su negocio comenzó siendo una cafetería y tienda de lanas pero, finalmente, acabó por convertirse en una tienda online. Laura aprendió a tejer con su abuela pero su interés por esta técnica llegó mucho más tarde: “Aprendí a tejer lo básico con mi abuela, pero no me interesó mucho el tema. Ya de mayor fui a clases con una amiga al salir del trabajo, y empecé a ver todas las posibilidades que había”. La emprendedora trabajaba por aquel entonces en comunicación para una marca de moda y tras volver durante una temporada a su tierra natal, Asturias, decidió cambiar por completo de vida, y así nació Mimosa Café Lanar.

A pesar de que estas mujeres tomaron el relevo generacional de sus madres o abuelas, este no ha sido siempre el caso. Durante algunas décadas el tejer se convirtió en un oficio olvidado. Pasamos de verlo de forma regular en todos los hogares a que fuera incluso sorprendente que alguien lo pusiera en práctica. Tanto la artista como la empresaria achacan esto al papel que tuvo que jugar la mujer prácticamente durante toda la historia. “Tejer era algo que tenía que ver con las mujeres y con lo doméstico. Algo que se ha dejado de lado porque no era productivo y porque vivimos en una sociedad bastante masculinizada”, declara Dejiménez. Menéndez cree que, por ello, en los años setenta y ochenta con la liberación de la mujer, estas ya no querían saber nada de las labores, y así se produjo un corte generacional. Dejiménez afirma que sí que había miles de artistas mujeres produciendo obras en sus casas sin estudios y no se les dio voz porque eran creaciones alternativas que iban, en cierto modo, en contra del sistema.

The Platform - theplatform.es - Otras Mimosa
Mimosa Café Lanar. Fotografía: Nieves Álvarez.
The Platform - theplatform.es - arte de tejer theplatform regina 1
Regina Dejiménez

Sin embargo, esto no ha impedido que se haya producido un resurgimiento de todas estas técnicas artesanas tradicionales que, hoy en día, reúnen a una gran cantidad de mujeres  no solo en talleres, sino también en el mundo digital. “Creo que ha habido un boom de redes sociales. De repente tenemos una comunidad de tejedoras súper conectadas. Las tiendas están en redes, las marcas también. En cuanto empiezas a investigar, descubres una comunidad de gente con un talento y sensibilidad artística brutal”, afirma Menéndez, quien está convencida de que el consumidor de hoy en día está más dispuesto a aprender este arte que hace unos años.

Noelia Coll, dinamizadora de grupos de knitting desde hace una década y, en concreto, del proyecto Vora Mar Fan Plastic, ha comprobado que la mayoría de personas que se acercan a sus encuentros son mujeres que aprendieron la técnica de pequeñas, pero que no la retomaron hasta muchos años más tarde. “En los grupos vas aprendiendo poco a poco y te vas enganchando, porque tejer es una forma de terapia. Es una forma de tener tu tiempo y dedicártelo a ti misma”. Afirmaciones con las que está de acuerdo Regina Dejiménez, para quien tejer va más allá de ser parte de su trabajo y su medio de expresión: “También es mi terapia, tiene mucho peso en mi vida. Es muy importante, porque tiene que ver con el cuidado, en el sentido de que lo textil es un elemento siempre presente en nuestra vida: desde la ropa, la ropa de cama, la mantelería… Tiene que ver con recibir calor y confort”. Ambas coinciden en que tejer supone echar el freno y pararse dentro de este mundo caótico y frenético, para dedicarle tiempo a un ejercicio cuyos beneficios psicológicos están más que comprobados. 

Estamos siendo testigos, por tanto, no solo del regreso de esta técnica artesana, sino también de un movimiento reivindicativo de lo que hicieron otras mujeres antes que nosotras. Desde Mimosa Café Lanar, Laura Menéndez considera que tejer es nada más y nada menos que “un acto político de reivindicar lo que hacían nuestras abuelas e intentar conseguir que eso no se pierda”. Dejiménez apunta que está relacionado con un empoderamiento de lo que hemos hecho como mujeres a nivel histórico: “Es una revalorización de las prácticas, de todas las horas que dedicaron nuestras abuelas o bisabuelas a tejer o a hacer la propia ropa”.

En definitiva, consiste en atribuirle el valor que esta forma de artesanía ya tenía hace décadas y que nunca se reconoció. Recuperar lo propio, la producción a pequeña escala y lo familiar y, sobre todo, contribuir a que el trabajo manual perviva en nuestra sociedad.

COMPARTIR EN 

Compartir en linkedin
Compartir en facebook
Compartir en twitter